El muro de Berlín hace treinta años: Luis Murat

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Al termino de la Segunda Guerra Mundial, la reestructuración de la geopolítica europea se convirtió en la tarea fundamental de los países vencedores debido a que en los Acuerdos de Yalta se estableció, que anglosajones y soviéticos se dividirían el Continente Europeo en cuatro zonas de ocupación, incluyendo a la derrotada Alemania. Francia, destrozada por la guerra, fue admitida en el selecto grupo al que Winston Churchill calificó como “Un club muy reservado”.

De manera, que antes de llevarse a cabo la Conferencia de Postdam, las cuatro potencias se repartieron las zonas estratégicas de Europa: La Union Soviética el Este de Alemania; Inglaterra el Noroeste; Estados Unidos el Sur, y Francia el Sureste. Berlín no quedó ajeno del reparto geográfico permaneciendo cercado por la Union Soviética. De esa forma, la división de Europa otorgaba a los vencedores la parte que le correspondía, según sus propias consideraciones y planes.

Los soviéticos se encargaron de inyectar el socialismo en su esfera de influencia, en tanto que el resto implantaban sistemas semejantes o iguales a los de sus gobiernos que significaban el polo opuesto al socialismo soviético. Así quedo el mundo dividido en dos sistemas de poder, el capitalismo y el socialismo.

Meses después de haber sido liberado Berlín por las tropas soviéticas, el 28 de abril de 1945, las potencias occidentales entraron a dicha ciudad alemana bajo la argumentación de tres puntos básicos:

  1. Alemania debería ser tratada como unidad en cuanto a la jurisdicción de territorio ocupado.
  2. La unidad de acción de las cuatro potencias estaba garantizada, en primer lugar, por el Consejo de Control de cuya sede era Berlín, y sobre todo, porque,
  3. Los acuerdos fundamentales de las cuatro potencias de la coalición anti-hitleriana, basados en el derecho internacional y concretados en Postdam, debían aplicarse en toda Alemania.

Británicos y estadounidenses decidieron la unificación económica en sus respectivas zonas para constituir el sólido núcleo de la Alemania Occidental, .

Así, el 20 de junio de 1948, los aliados autorizaron la revaluación de la zona ampliando el foso entre las dos Alemanias. Al respecto, las autoridades soviéticas replicaron tal acción tratando de imponer el marco oriental en todo Berlín, por lo que decidieron bloquear todas los accesos occidentales de la capital, con objeto de aislarla, como sucedió durante 44 años, si contamos a partir de la delimitación de la nueva frontera.

Las potencias occidentales reaccionaron a tal acción y, el 26 de junio de 1948, estructuraron un puente aéreo por medio del cual enviaban víveres y provisiones al sector soviético, al poniente de Berlín.

Incapaces de detener el puente aéreo aliado, el 29 de mayo de 1948 se levantó el “bloqueo de Berlín.”

Nuevos problemas surgieron entre los germano—socialistas y los ocupantes de occidente, y fue cuando a principios de 1950 la dirigencia del Partido Socialista Unificado (PSU) decidió obstaculizar algunas vías de comunicación que conectaban a los sectores divididos de Berlín.

Ante la inestabilidad de la situación, el 27 de septiembre de 1951, el Bundestag anunció que convocaría a elecciones libres en todos los sectores de la Capital. La negativa soviética para la verificación de éstas hizo que la situación se agravara.

Durante los años siguientes, la Comisión Negociadora cuatripartita no tuvo éxito para arreglar la situación. En mayo de 1953 la Junta de Jefes de la República Democracia Alemana (RDA) implantaron una dura política opresiva contra los trabajadores del sector oriental, lo que condujo a que el 17 de junio del mismo año se realizaran manifestaciones en la zona conocidas como “el día de la Unidad Alemana”.

Después de haber celebrado elecciones en las cuales fue derrotado el PSU, la dirigencia de la RDA aplicó estrictas medidas de control en todos los perímetros y al interior de su zona, a fin de tener el control absoluto de la población.

Todo esto, y sumado a las penetrantes campañas propagandísticas anticomunistas fomentadas desde Berlín Occidental por Estados Unidos, provocaron grave crisis al interior de la Capital germano—oriental, ademas de incrementar la emigración hacia occidente debido a que el líder soviético, Nikita Jruschov, advirtió que Alemania quedaría dividida al entregar su respectiva zona a los comunistas del mismo lugar. La declaración se produjo después de la reunión que tuvieron Nikita Jruschov y el Presidente John Kennedy, el 3 y 4 de junio de 1960 en Viena.

El 26 de septiembre del mismo año, Moscú advirtió a los aliados que solamente a la URSS y a las autoridades de la RDA les correspondía, según los Acuerdos suscritos en Nueva York el 4 de mayo de 1949, ejercer la soberanía sobre su zona de ocupación, incluyendo el control de los desplazamientos de la población hacia la parte poniente de Berlín. En los meses posteriores, el número de emigrantes aumentó considerablemente.

La RDA adoptó severas medidas para controlar las fugas al sector aliado. El 12 de agosto de 1961, el Consejo de Ministros de la RDA decidió el cierre del límite de los sectores berlineses, argumentando, que ésta decisión se implantaría con el objetivo de salvaguardar la paz, en la zona germano-oriental, ya que así se pondría fin a las hostilidades y revanchismo entre las dos Alemanias.

A primeras horas de la mañana del 13 de agosto de 1961, los dirigentes soviéticos paralizaron completamente el tráfico entre el sector oriental y los tres sectores occidentales de Berlín. Ese mismo día se colocaron los primeros alambres de púas y los primeros tabiques que darían forma al Muro de Berlín.

Han transcurrido 58 años de aquel suceso que dividió al mundo, a países y familias, a padres e hijos, suceso que hizo historia, y que es materia de estudio de los internacionalistas y estrategas políticos, historia que permitió conocer el cambio que se operó con vertiginosa rapidez, teniendo como motor de impulso a Mijaíl Gorbachov, que desde su país gestó los cambios para acabar con el Muro de la Ignominia hace 30 años.

Cambios en el seno mismo del que fue el sistema socialista, a fin de recobrar la idea original de la concepción del individuo libre.

Mijaíl Gorbachov hizo posible, que la Perestroika y el Glásnost repercutieran en los países que hace treinta años estaban bajo el dominio soviético.

“Es el resultado de la realidad de la postguerra, y la Union Soviética ha dado su parte sustancial al mundo”, afirmó, Mijaíl Gorbachov.

@luis_murat

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