El Arte de Coordinar: Jorge Luis Díaz Palacios*

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El nuevo gobernador de Oaxaca ha nombrado a la mayoría de los titulares de su administración. El reto principal e inicial que éstos tendrán no será elaborar su programa de 100 días de gobierno, su programa sectorial, el programa regional -si a su dependencia corresponde-, o preparar lo que les concierne sobre el Plan Estatal de Desarrollo (PED) 2016-2022. Lo verdaderamente complejo, será encontrar los medios para coordinarse y lograr los resultados prometidos por su superior directo.

El gobierno de Gabino Cué se caracterizó por dos errores que impidieron un adecuado impulso inicial a su administración: el primero, analizado desde la perspectiva de la Ciencia Política, fue la falta de un Gobierno de Coalición; el segundo, desde la perspectiva de la Administración Pública, fue su desorden institucional y falta de rumbo.

Sobre el primer error algunos analistas contrarios a este escriba, han sostenido que Gabino implementó el modelo de Gobierno de Coalición al incorporar a su gabinete a funcionarios de diversos partidos políticos, no obstante, bajo la correcta lectura de estos modelos, esa acción es sólo una consecuencia de su regla fundamental: el establecimiento legal y práctico –de iure y de facto– de plataformas de gobierno o acuerdos equilibrados entre fuerzas políticas distintas, además de los acuerdos necesarios con otros poderes del Estado -legislativo y judicial- que den rumbo a la política de Estado. Norberto Bobbio, politólogo italiano, ha apuntado que los Estados modernos que se jactan de ser democráticos tienen su base en la pluralidad y los acuerdos.

En relación al segundo error, el gobierno de Gabino, contrario a los gobiernos priistas que le antecedieron, tuvo un notorio desorden institucional debido a dos carencias principales: liderazgo político y adecuada estructura orgánica de la administración pública centralizada, lo que algunos teóricos llaman la “ingeniería institucional”.  Como lo hemos sostenido en otros artículos, Gabino –por razones que pocos conocemos- desmanteló estructuras fundamentales para la gobernación, como la Secretaría General de Gobierno o el Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado de Oaxaca, hoy a cargo nuevamente, de Celestino Alonso Álvarez.

Pero, ¿qué hay del nuevo gobernador? Al respecto, tenemos una primera lectura. En una conferencia de prensa ofrecida un día antes de que rindiera protesta, convocó a diversos actores de la sociedad  para construir algo que llamó “un gran acuerdo por Oaxaca”. Sinceramente desconocemos si dicha propuesta fue calculada sobre las bases de lo que hemos descrito arriba, o simplemente fue parte de un discurso debido a la coyuntura social generada en ese momento por transportistas y organizaciones sociales. Lo que es un hecho, es que todo nuevo timón de cualquier Estado –es decir, el gobierno-, antes del tratar de adentrarse en el bello y maravilloso arte de gobernar, tiene la imprescindible tarea de explorar y aprender el bello arte de coordinar.

Ahora bien, abundando sobre la perspectiva de la administración pública y el nuevo gobierno, vale decir que Oaxaca es uno de los varios estados del país que por desgracia carecen de un marco normativo sobre el cómo se debe coordinar la toma de decisiones y las acciones de las diversas áreas de gobierno, en sentido estricto, la coordinación de gabinetes en relación a la oferta y demanda social. Además de ello, no dudamos que se carezca de un sistema tecnológico, como un Tablero de Control, para dar seguimiento a todas esas acciones de la “ingeniería institucional”.

Sobre el la coordinación del cuerpo de servidores públicos de alto nivel hay que señalar que la palabra “gabinete” es una de las muchas palabras importadas por México del modelo estadounidense, mismo que a su vez importó la palabra del “cabinet” francés, un modelo basado en el puente de coordinación entre el parlamento y los ministerios del gobierno, y entre éstos y el Primer Ministro.

De hecho, lo que conocemos como gabinete legal o gabinete ampliado no es más que un invento coloquial de la jerga política. No existe tal definición en ningún ordenamiento legal de nuestra entidad, incluso tampoco existe en nuestra Carta Magna. Sin embargo, en la práctica, debe entenderse que el gabinete legal es lo correspondiente a las dependencias que auxilian directamente la función del Ejecutivo, en concreto, la administración pública centralizada que será el brazo ejecutor del gobernador.

Hasta el momento las 16 secretarías que conforman esa administración pública centralizada en Oaxaca ya tienen titular, siendo la principal de ellas la Secretaría General de Gobierno. Así también la mayoría de los seis órganos auxiliares que dependen directamente del Ejecutivo, siendo el principal de ellos la Jefatura de la Gubernatura. Ese arte de coordinar el gobierno del que hablamos recae directamente en estas dos áreas, al menos en Oaxaca, pero abundemos.

De acuerdo a la tradición oaxaqueña y como en muchos otros estados del país, el secretario general de Gobierno es quien coordina los diferentes gabinetes del gobierno. Tanto los mal llamados “legal” y “ampliado”, como los gabinetes especializados que sí están normados. Estos últimos se establecen a partir de dependencias centralizadas que conforman un sector de la política gubernamental, como por ejemplo el desarrollo social, la educación, la salud, entre otras.

Por otro lado, de acuerdo a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo del Estado de Oaxaca, el jefe de oficina de la Gubernatura tiene una tarea aún más estratégica: establecer el sistema de evaluación del desempeño sobre el cumplimiento del PED. Es decir, el área que evaluará el nivel de cumplimiento de las diferentes dependencias, a través de sus programas sectoriales o institucionales sobre las metas trazadas para el 2022 y esta función está ligada estrictamente a la coordinación del gabinete. Quizá por esa razón el actual gobernador designó en Gubernatura a uno de quienes se dice, fueron sus hombres fuertes en el Infonavit: Javier Lazcano Vargas.

Lazcano Vargas, con un perfil más enfocado a temas de banca, viviendas y estrategias crediticias, será un contrapeso natural a la figura del secretario general de Gobierno en lo que refiere al seguimiento de los gabinetes. Por un lado, a Lazcano corresponderá una labor más técnica; el informar al gobernador la realidad de las cosas: la efectividad de los programas, las proyecciones, los avances, el cumplimiento de los indicadores -de impacto y de gestión- y probablemente el establecimiento de instrumentos de avanzada para el seguimiento de resultados como los tableros de control.

Por su parte, al secretario general de Gobierno corresponderá, además del establecimiento del esquema de coordinación, el calendario de reuniones y las minutas de trabajo que subirá al jefe del gabinete -el gobernador-, una tarea más política: la negociación, la vinculación, la instrucción y de ser necesario, la estrategias de contención.

Así, titulares de dependencias estratégicas que tienen un gran reto social por delante como Raúl Bolaños Cacho en Desarrollo Social, Gabriela Velásquez en Salud, Eduardo Rojas en Desarrollo Agropecuario, Pesca y Acuacultura, Fabián Herrera en Infraestructuras y Juan Carlos Rivera Castellanos en Turismo, entre las principales, tendrán que mediar entre la técnica y la política para informar, pero ante todo, para dar cumplimiento sobre el Plan Estatal de Desarrollo, y esto último será ante todo su mayor responsabilidad y principal instrumento de rendición de cuentas frente a las y los oaxaqueños.

En conclusión, el nuevo gobierno de Oaxaca tiene frente a él la apremiante tarea de aprender el arte de coordinar antes de intentar dominar el arte de gobernar, iniciando, primero, por construir la normatividad que permita dar legalidad a la coordinación y evaluación interna, es decir del gabinete, y sobre ello el caso de Puebla y del Estado de México son ejemplos de éxito. Y segundo, tiene la impostergable tarea de establecer un acuerdo que sume a todas las fuerzas políticas de la entidad hacia una misma dirección de gobierno, ante ese acuerdo y coordinación externa el reto será aún mayor.

*Politólogo y Consultor

cabildea.director@gmail.com

@CiudadanoCoke