Hay términos cuyos significados todos conocemos, pero somos incapaces de definir. Algo así sucede con el amor. Todos entendemos cuando decimos que nuestro perro nos ama, nuestra madre nos ama, nuestra novia nos ama (sobre todo en los primeros maravillosos días).
El significado del verbo amar, varía con cada uno de los sujetos. Bien dicen que todos hablan según les va en la feria.
Hay varios tipos de amor, como por ejemplo, de los más conocidos, Amor platónico, Amor obsesivo, Amor no correspondido, Amor egoísta, Maníaco, Narcisista, en fin. Un día les voy a platicar de un amor que pocos, muy pocos conocen, es el amor ágape.
Dentro de todos los colores y tonos del amor, está el amor por nosotros mismos, sin el cual no podríamos vivir. Si no nos amáramos, nunca haríamos nada por nosotros mismos. No nos empeñaríamos en curarnos, en aprender, en satisfacer nuestras más elementales necesidades.
Las plantas, aunque no lo creas, tienen su amor propio, ellas se protegen con sus espinas, buscan el sol, el agua y además quieren sentirse amadas por eso producen colores hermosos así como su aroma que desde siempre el hombre ha querido imitarlo a través de la química. Eso puede ser el primer acto de amor de los seres vivos hacia sí mismos.
Hay un tipo de amor que creo que nadie lo soporta. Es el amor por sí mismo: el narcisismo, la egolatría, que conduce fatalmente a una enfermedad mental. El narcisista busca únicamente la satisfacción de sus necesidades, busca su conveniencia y su estabilidad, sin tomar en cuenta las necesidades de su pareja. Este tipo de gente se encuentra mucho en facebook, principalmente en mujeres. Me ha tocado leer de unas que le dicen a su amigo: “pero quedaste de regalarme un teléfono de tal marca”. O “Si de veras me quieres ponle crédito a mi teléfono”.
Quien llegó a esos extremos fue Lucifer, el ángel que, por su acto de orgullo y narcisismo, fue arrojado al infierno y convertido en Satanás. Por eso, uno de los pecados más importantes es el desamor, la soberbia. De soberbia padecemos muchos, principalmente los escritores, los novelistas, los poetas, los periodistas, los políticos.
El amor que expresan los animales es grande, a veces más grande o más efusivo que como lo hace el hombre. La gallina, por ejemplo, cobija a sus pollitos bajo sus plumas. Los pájaros viajan largas distancias para encontrar la comida que le darán a sus hijos.
En el olor también está el amor, esto es de enorme importancia, sin embargo, la civilización nos ha llevado a rechazar muchos de nuestros olores. Los que saben de esto, dicen que el olor es la parte más importante para la atracción sexual. No es aquella que responde el enamorado cuando le preguntan cómo va en su relación de pareja. No esa no, porque casi siempre, el muy babas, responde que entre él y su novia hay química. ¡Fíjense nomás!
El olor significa mucho en una relación amorosa, tan es así, que hay quienes duermen abrazando cualquier trapo del sujeto para imaginar que esa persona está con él.
En conclusión, las espinas de la rosa, la alarma de la gallina cuando llama a sus pollos, el llanto del perro cuando ve hacer maletas a su amo y sus saltos de gusto cuando éste regresa, son manifestaciones de amor.
El amor como la emoción siempre nos hace decir: te quiero.
El amor y los amores: Horacio Corro Espinosa
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