Dopamina al Calderonismo: Roberto Molina

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La detención de Édgar Valdez Villarreal alías la Barbie, sin duda alguna llegó en un momento inmejorable para el Calderonismo.

Con una imagen desgastada dentro y fuera del País por la ola ininterrumpida de la violencia a lo largo y ancho del territorio, pero sobre todo por la masacre de indocumentados, Calderón vuelve a surgir de sus cenizas como si se tratara de un enfermo cuyos signos vitales van en descenso, y le administraran una dosis de dopamina.

Suficiente para volver a la escena mediática y ganar días, todo previo al informe, esperando que el manto del nacionalismo mal entendido cubra a los Mexicanos.

Días en que las luces, el despilfarro económico, el bombardeo mediático lograrán de manera fugaz hacer que el imaginario social de rienda suelta al inconsciente.

Embriagados de felicidad y tal vez hasta con algunas lágrimas miles gritaran  ¡viva México!, se sentirán orgullosos y hasta felices de vivir en el País de nunca Jamás, dormirán contentos aunque al despertar la realidad vuelva a superar la ficción.

El País “Independiente” no es más que una utopía, una frase que nos anima a mantener el mismo Estado autoritario y fallido.

Los muertos en las calles se seguirán contando por miles, los secuestros continuarán en aumento, nuestros compatriotas buscando la puerta falsa de los Estados Unidos como única posibilidad de encontrar un empleo mejor pagado, las casas de empeño en aumento, el peso a la baja y nuestros recursos naturales explotados y entregados a las empresas transnacionales, la desigualdad social y la pobreza lacerante seguirán haciendo presa fácil a millones de Mexicanos.

Las grandes empresas consolidadas como una verdadera mafia seguirán adueñándose del País, y obteniendo ganancias superiores a la delincuencia organizada incluido el narcotráfico.

Todo bajo el amparo institucional que les permite no pagar impuestos o declarar empresas con inversión del Estado en quiebra.

Siempre bajo la venia y complicidad de un puñado de Gobernantes sin escrúpulos.

Así que señor Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, aproveche esta oportunidad  y recomponga las cosas, el País ganaría más si se le dice la verdad y no se le miente como lo viene usted haciendo, con cifras manipuladas en empleo, vivienda, educación pero  sobre todo en salud.

No pinte un México que no tiene nada que ver con la realidad, no existe a lo largo de su “mandato” crecimiento económico, no es lo mismo llenar de cartillas de seguro popular a las clases más desprotegidas, que otorgar servicios de calidad y calidez,  los hospitales son hoy elefantes blancos donde no se cuenta con medicamentos y mucho menos con equipo tecnológico de vanguardia.

No invente cosas, los Mexicanos podremos dar un pequeño receso a nuestra lacerante realidad y volvernos parte de la masa  que recuerde la gesta  de los héroes que nos dieron patria y libertad.

Sin que signifique por ese sólo hecho que olvidaremos todas y cada una de las afrentas de su Gobierno Fallido.