Detectan ondas gravitacionales pronosticadas por Einstein

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einsteinEn un anuncio que conmocionó el mundo de la astronomía, un grupo de científicos afirmó ayer que detectó por fin las ondas gravitacionales que repercuten en el continuo espacio-tiempo que Albert Einstein pronosticó hace un siglo.

Algunos científicos equipararon la comprobación al momento en que Galileo apuntó un telescopio para observar los planetas.

El descubrimiento de estas ondas, creadas por colisiones violentas de objetos celestiales masivos, entusiasma a los astrónomos debido a que abre las puertas a una nueva manera de observar el cosmos. Para ellos es como convertir una película muda en otra sonora debido a que estas ondas son la banda sonora del universo.

“Hasta ahora habíamos puesto nuestros ojos en el cielo y no podíamos oír la música”, comentó el astrofísico Szabolcs Maraka, de la Universidad de Columbia, miembro del equipo descubridor. “Los cielos nunca lucirán igual”.

Un equipo estelar de astrofísicos empleó un nuevo equipo de mil 100 millones de dólares, el Observatorio Interferómetro de Ondas Gravitacionales (LIGO por sus siglas en inglés) para detectar una onda gravitacional causada por la colisión de dos agujeros negros a mil 300 millones de años luz de la Tierra.

Para interpretar los datos, los científicos tradujeron la onda en sonido. En una conferencia de prensa reprodujeron el sonido que oyeron el 14 de septiembre y resultó apenas perceptible.

Algunos físicos compararon el hallazgo con el descubrimiento en 2012 del bosón subatómico de Higgs, llamado a veces la “partícula de Dios”. Algunos consideran que la nueva comprobación es todavía más importante.

Las ondas gravitacionales, postuladas primero por Albert Einstein en 1916 como parte de la teoría general de la relatividad, son ondas diminutas que ondulan el continuo del espacio-tiempo, la cuarta dimensión. Cuando chocan objetos masivos como agujeros negros o estrellas de neutrón, emiten ondas gravitacionales por el universo.

Los científicos hallaron pruebas indirectas sobre la existencia de las ondas gravitacionales en los años 70, mediante mediciones computarizadas que indicaron cambios minúsculos en las órbitas de dos estrellas en colisión, y ese trabajo fue uno de los reconocidos con el Premio Nobel de física de 1993.

Pero el anuncio de ayer confirma una detección directa, lo que constituye una gran diferencia.

“Una cosa es saber que existen las ondas sonoras, y otra es oír la Quinta Sinfonía de Beethoven”, afirmó Marc Kamionkowsi, un físico de la Universidad John Hopkins que no formó parte del equipo del descubrimiento.

Agencias