Del Zócalo a los Pinos: Raúl Castellanos

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prd“PRD…EL RETO ES NO EQUIVOCARSE…LA HISTORIA ES IMPLACABLE”; Martha Anaya en su libro “1988 el Año que Calló el Sistema”, narra con precisión la “opera prima” política de hace casi 28 años, cuando el partido “casi único” –Salinas dixit- dejó de serlo; con puntual realismo dibuja con su pluma lo ocurrido la noche del 14 de septiembre de ese año, tres días después de que la Cámara de Diputados erigida en Colegio Electoral, con la colaboración del Partido Acción Nacional, calificará la elección Presidencial a favor de Carlos Salinas, previa abstención pactada el 27 de agosto anterior, en una cena celebrada en la casa del entonces patriarca empresarial Juan Sánchez Navarro, a la que asistieron Luis H. Álvarez, Manuel Clouthier, Manuel Camacho y el propio Carlos Salinas; en un Zócalo desbordado, los seguidores del Ingeniero esperaban con marcada impaciencia cual sería el camino a seguir ante las nuevas circunstancias que la real politik imponía, así lo recuerda Martha “era un Zócalo alegre y combativo el de esa tarde, no faltaban quienes aguardaban el llamado a la revolución, la multitud coreaba ‘el pueblo votó y Cárdenas ganó’, la plaza entera vibraba”, la crónica prosigue hasta el momento en que Cuauhtémoc Cárdenas argumenta “quieren que optemos por la dignidad o la confrontación violenta, quisieran que llamáramos a la confrontación, a sacarlos del poder, de manera desorganizada y no preparada, para ellos responder con un baño de sangre y una ola devastadora de represión, saben que igualmente están condenados históricamente, pero nos amenazan con un enorme costo de sangre y sufrimiento” y en efecto, eran miles los que coreaban tomar Palacio Nacional, luego, llamó a Salinas a legitimar la elección convocando a nuevas elecciones, como lo haría Andrés Manuel con Calderón 18 años después, ya en ese momento “a la par de su mensaje se alzaban las voces de miles pidiendo ¡organización!, ¡organización!”, esa noche comenzaba a gestarse el PRD; los meses siguientes fueron de intensas negociaciones, hasta que llegó el día en que el PMS –Partido Mexicano Socialista- en sesión de la Comisión Federal Electoral, cedió su registro para que surgiera el PRD, recuerdo el intenso debate que se dio ese día, entre Porfirio Muñoz Ledo y Diego Fernández de Ceballos, quien habiéndole sugerido a Porfirio ahorrarse el largo camino de asambleas para un nuevo registro y optar por la cesión, se opuso con vehemencia argumentando en contrario, Porfirio terminó llamándolo “Tartufo” y el cambio se aprobó; de esa etapa en que todos antepusieron a sus visiones e intereses frente a la consolidación del partido destacan sin duda, el Ingeniero Cárdenas, Porfirio –Muñoz Ledo-, el Ingeniero Heberto Castillo, -mi respeto para él y los mejores recuerdos del apoyo que nos brindó en los setentas para conseguir la Autonomía de nuestra Universidad- la Maestra Ifigenia Martínez, la única que mediaba entre Porfirio y Cárdenas-, Gilberto Rincón Gallardo, un comunista de excepción, sin dogmas y Arnoldo Martínez Verdugo, por supuesto, hubo más, muchos más, algunos ya han partido y otros siguen en la lucha; luego vino la década de los noventas, en que el PRD puso los muertos y fue actor principalísimo en la reformas electorales, impulsadas en particular por la gran visión de Estado de Muñoz Ledo; reformas que sin el menor rubor capitalizó la derecha facciosa, dando origen a la “docena trágica”, del “y yo por qué” el “comes y te vas” y el desafuero y de la guerra de Calderón y sus miles de “daños colaterales”; así llegamos a los tiempos recientes, en que el PRD, o mejor dicho una buena parte de sus dirigentes, para “sacar al PRI”, por pragmatismo o para conservar y alcanzar posiciones de poder, o por una combinación de las tres, desde el 2010 decidió convertirse en “acólito” de los “misóginos” del PAN, no lo digo yo, lo dice Beltrones, con regulares resultados, mas malos que buenos diríamos, incluyendo los recientes del 5 de junio; sin embargo como todo en la vida, siempre hay una nueva oportunidad, la renuncia de Agustín Basave vista en positivo abre la posibilidad de nuevos acuerdos de cara al 2018; tiene razón Jesús Ortega, cuando plantea como primera definición que Miguel Mancera se afilie al PRD, ya estuvo suave de hacerle al “divo”, también tiene razón cuando dice que sus malas decisiones de Gobierno las asume y paga el partido –también lo dijo Manlio-; enseguida tendrán que tomar la gran decisión que los marcará por generaciones, algo así como el 7-0 de Chile a los “ratoncitos verdes”, que sería, otra vez ir como comparsas del PAN en alianzas con personajes de los que al término del sexenio tengan que andarse deslindando; o en su caso optar entre dos decisiones, ir con un candidato propio, competitivo, que podría ser, Arturo Nuñez –para que la cuña apriete debe ser de pejelagarto- Juan Ramón de la Fuente o José Álvarez Icaza, fundador del PMT o pactar con Andrés Manuel, con todo y que por ahora parezca imposible; esperemos que la decisión la tomen de cara a la historia, diría Juárez “el triunfo de la reacción es moralmente imposible” pero facilitárselo a contra natura tiene otro nombre, ¿alguien puede asegurar que esto ya está decidido?…¡5 años de resistencia…ya solo faltan 158 días para que Gabino Cué pase a ocupar su lugar en el basurero del historia!….

RAÚL CASTELLANOS HERNÁNDEZ / RCMULTIMEDIOS.MX / @rcperseguido