Debate: ninguna novedad. Todos predecibles: Raúl Castellanos

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Se realizó el primero de tres debates -acordados por el INE- entre los candidatos a ocupar la “Silla de Krauze” versión Peña Nieto FIL de Guadalajara. Significativamente en un recinto universitario, el Palacio de Minería que lució su majestuosa arquitectura. Debemos reconocer que en esta ocasión los responsables de organizarlo “hicieron su chamba” y por primera vez se rompió el acartonamiento y lo aburrido de los anteriores. El formato dio para exposiciones, réplicas y contra réplicas; hubo de todo: propuestas razonables, ocurrencias, algunas buenas, otras regulares, también inalcanzables y hasta al estilo Estado Islámico. Durante casi dos terceras partes del encuentro, los cuestionamientos se centraron, como era de esperarse, en contra de Andrés Manuel, que se advirtió incómodo; luego vino el fuego cruzado entre Meade y Anaya mientra AMLO sonreía. Margarita Zavala –me dijo ayer un amigo- “parecía aquella estudiante que, habiéndose ido al bar el sábado, no estudió para el examen del lunes y como quiera, quiere  destacar”. Por su parte, el “Bronco” fue a hacer la chamba para la que lo subieron al escenario, asumiéndose como una mezcla caricaturesca de Brozo y el Chucky.

Los conductores, Denise Maerker, Azucena Uresti y Sergio Sarmiento, estuvieron a la altura en los cuestionamientos, repartieron preguntas incómodas para todos. Si acaso Sarmiento se advirtió nervioso al principio y Denise con una subliminal inclinación hacia el que se asume como “peje pero no lagarto”. En lo personal, considero que Azucena Uresti fue la mejor. Puntual, aguda, informada, acompañando sus intervenciones con un lenguaje corporal que hacía lucir su gentil figura. En suma, fue un debate, que independientemente de quién lo ganó o se asuma como tal, considero que no hubo un triunfador absoluto, pero dejó un “buen sabor de boca”.

Margarita Zavala quiso presumir de lo que carece, invocó los “valores” que no precisamente distinguieron la gestión de su peor lastre; solo bastan dos botones de muestra: la criminalización de los jóvenes en Salvacar en Ciudad Juárez y su soterrada defensa de su prima –a la que negó conocer- propietaria de la Guardería ABC de Hermosillo Sonora. Apeló al Estado de derecho, se pronunció en contra de la amnistía de López Obrador al Crimen Organizado –en lo que coincidieron los demás- argumentando que “el que la hace la paga”; como todos ofreció defender y cambiar al país; dijo tener el valor para acabar con la corrupción que “no se acaba por decreto”. Sin embargo quedó claro que nunca va a reconocer el desmadre en que convirtió y dejó al país su esposo Felipe Calderón, tan evidente fue su defensa a ultranza que el “Bronco” le recomendó “Margarita ya no defiendas a tu esposo” y centrarse en el debate.

 Por su parte, “El Bronco” fue a lo que fue; cuestionar a López Obrador; vamos a retarlo, a intentar sacarlo de sus casillas. Lo confrontó por la amnistía, cuestionó el asistencialismo, le dijo “mentiroso” y que “todavía no ganas y estás ofreciendo lo que no es tuyo”; en uno de sus mejores momentos de histrionismo le pidió firmar la renuncia al financiamiento, haciendo que AMLO se hiciera a un lado por “aquello de las dudas” y le advirtió “no seas marrullero no te confíes de las encuestas, Ivonne tenía el cuarenta y dos por ciento y le gané”. Ya como “fin de fiesta” celebró sus “tres matrimonios” y propuso “mocharle la mano” a los corruptos, lo cual reiteró a insistencia de Azucena que con cara de “what” le pidió confirmar su “propuesta”.

Ricardo Anaya tuvo para todos. A Andrés Manuel lo increpó por su libro en el que cuestiona por el Fobaproa al empresario Romo, hoy uno de sus principales asesores; le mostró estadísticas de contradicciones en materia de seguridad que presumió de cuando fue Jefe de Gobierno. En contraparte, recibió fuego graneado de Margarita y de José Antonio Meade por el tema de sus “inversiones y ventas inmobiliarias” a las que identificó como uso faccioso de la PGR.

Meade lució y también repartió, con la ayuda del “Bronco” cuestionó a López Obrador por “tres departamentos” que éste le ofreció regalar; descubrió el “hilo negro” al afirmar que la gente está  cansada de que no haya resultados en materia de seguridad; dijo que en su obsesión de oponerse a todo “si se desmayara despertaría en no”. López Obrador, en su momento más complicado, anunció que convocará a un grupo de “expertos” para analizar opciones en la amnistía, entre los que incluyó -como convocado- al Papa Francisco.

En conclusión

Un debate en el que no se puede declarar un vencedor absoluto, por lo que es de suponerse no impactará en mayor medida en las “predicciones actuales”.

Los cinco actuaron de acuerdo a sus ventajas comparativas, todas predecibles. Margarita Zavala más preocupada por lavarle la cara a su esposo por sus miles de muertos, desaparecidos, heridos y “daños colaterales”, apelando al género y a las desigualdades. El “Bronco” haciendo su chamba, como ya lo afirmamos una mezcla de Brozo y el Chucky; Anaya bien preparado, combinando con precisión el ataque y su defensa y hasta los tiempos.

 Meade bien articulado, bien informado, sus mejores momentos fueron cuando fue por el puntero, que terminó regalándole tres “depas”, la campana lo salvó de tener que responder si consideraba “corrupto” al inquilino de Los Pinos; y López Obrador se dedicó a administrar su ventaja, lo suyo es la plaza pública y sus públicos fundamentalistas y a ellos les habló. No dijo nada nuevo, bueno, salvo que invitará al Papa Francisco a formar parte de la comisión de “expertos” que revisarán formas y alcances de su amnistía; por lo demás todo es producto de la malvada Mafia del Poder.

Habrá que esperar los dos debates restantes…

¿Alguien puede asegurar que esto ya está decidido?

RAÚL CASTELLANOS HERNÁNDEZ / @rcastellanosh