De republicanos a republicanos: Luis Octavio Murat

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luis-octavio-muratComo dice el dicho, “de todo hay en la viña del señor”. En efecto, tal y como sucede en el partido Republicano de los Estados Unidos. Me refiero a Donald Trump que, mediante un discurso provocador, grosero, amenazante y ofensivo contra México y China, le ha redituado ventajas sobre sus más cercanos adversarios, Ted Cruz y Marco Rubio, colocándolo en primer lugar en las primarias electorales al reunir, hasta este momento, el mayor número de delegados de su partido.

Su ventaja, evidentemente es mediática, los medios de comunicación están ganando mucho dinero publicando las aberraciones declaradas a diario por el vendedor de bienes raíces metido en los terrenos de la política, de la cual no tiene ni idea de lo que significa como lo evidencia cada ocasión en que abre la boca. Solo le falta le falta que le declare la guerra a México y a China, una vez que sea electo presidente.

Estamos ciertos de que eso sería casi imposible de suceder, sin embargo, en política no siempre 2+2  son 4. Apostamos mejor por lo profesional y por la experiencia que brindan más conocimiento por lo que creemos que la señora Clinton, cuando lleguen a la batalla de verdad, a la final, le dará una repasada que no le quedarán ganas de volverse a presentar en competencias electorales las cuales son para otro tipo de personas, principalmente las que se han venido formando como auténticos cuadros políticos y no meros vendedores de casas.

En ese sentido, un actor de mediana calidad, de ninguna manera super-astro de Hollywood, fue ex presidente de Estados Unidos; Ronald Reagan, fue actor interviniendo en varias películas desde el año de 1937 hasta 1964 y al mismo tiempo locutor de radio.

Destacó en el medio del espectáculo debido a que su verdadera vocación fue la política, de manera que llegó a ser presidente del sindicato de actores durante la amarga y oscura etapa del McCarthysmo recalcitrante -1947-1954, etapa del acoso contra las personas liberales de todos los niveles profesionales y laborales como las del espectáculo como fue el caso de la persecución contra Charles Chaplin, obligándolo a buscar refugio en Europa para evitar ser encarcelado y juzgado por comunista.

Brava y violenta “cacería de brujas “del racismo republicano que ahora resucita en forma inusitada con Trump al frente y sus Ku Klux Klanes redivivos.

El hecho fue que Ronald Reagan supo aprovechar la coyuntura del “Hombre y su circunstancia,” como bien definiera Ortega y Gasset, y como conductor de televisión ganó imagen proyectada por todo el país; la fama pública tocaba a sus puertas la cual lo catapultó al ámbito político por lo que se integró al partido Republicano en 1962.

Llegó a ser Gobernador por el Estado de California en 1966 y reelegido en 1970. Volvió a esperar su momento político este personaje que había encontrado en la política su verdadera vocación y en la cual supo ganar un liderazgo muy fuerte que lo llevo a ganar la presidencia de Estados Unidos sin obstáculo alguno.

El estadounidense de la clase media lo apoyó al entender que el nuevo presidente si percibía el sentir de la nación. Con esa confianza de las mayorías en él, ganó la reelección en 1984 habiendo llegado a la tercera edad; aun así, bien hubiera podido ganar un tercer mandato si las leyes electorales lo hubieran permitido, como aseguran sus biógrafos.

Su presidencia (1981-1989) se conformó con acciones destacadas como la carrera armamentista en la cual desplegó estrategias que hicieron perder la carrera al comunismo soviético y que la URSS se perfilara hacia un cambio de sistema económico y político abanderado por Mikhail Gorbachev.

También tuvo fracasos, como sucedió en el caso de Irán al no poder destruir el régimen integral islámico y producirse en consecuencia, el tremendo escándalo mediático Irán-Contras, que implicó saltarse la aprobación del Congreso, con mayoría demócrata, para poder vender armas a la guerrilla contrarrevolucionaria nicaragüense.

Mucho hay en la historia política de Ronald Reagan, como aquella memorable reunión en casa de Golda Meir con Margaret Thatcher. Sucedió que platicando en la cocina de la primera ministra de Israel, los tres personajes decidieron el futuro económico del mundo: la globalización y el neoliberalismo extremo. Durante la plática, Ronald Reagan le preguntó a la Dama de Hierro: “¿Y que sucederá con los pobres de todo el mundo?” La respuesta de la dama de Hierro, fría como el metal fue: “Pues, Morirán.”

A su regreso a Estados Unidos, los medios le preguntaron al presidente Reagan sobre su reunión con las primeras ministras. El contesto: “Estupendamente, en la cocina de la casa de Golda Meir se preparan las mejores recetas”.

Estas durísimas conductas políticas y económicas han llevado al mundo en donde la mayor parte de los países padecen situaciones económicas dramáticas y el renacimiento del fenómeno emigrante, aun así, debo recordar un dato por demás importante sobre la Reforma Migratoria de 1986 hace diferencias entre los personajes del mismo partido, en este caso el republicano.

Un antiguo reportaje del hoy fallecido periodista, José Luis Sierra, titulado y publicado en abril del 2014 – Reforma Migratoria: ¿Por qué en el 86 Si y Ahora No? – cobra hoy  especial significado  debido a que, hasta ahora, la actitud del Congreso, mayoritario y ultra radical, como lo es el republicano, ha impedido que la reforma migratoria, impulsada por el presidente Obama se aplique, e incluso, no ha autorizado la toma de posesión del cargo a la embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, porque un solo senador republicano, Marco Rubio, lo ha bloqueado. Esto no es democracia, un solo legislador deteniendo un nombramiento presidencial y la decisión de dos cámaras legislativas es verdaderamente “el mundo patas arriba” de Galeano o de Trump, como es el caso.                                                                                  

Hay que agregar, finalmente, la paradoja que se hace entre la conducta grosera y agresiva del candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, candidato que evidencia su nazi-facismo y odio racial contra México y China como Trump y un presidente conservador que no mesiánico y desquiciado como lo fue el presidente Ronald Reagan, aunque si, al final de su vida, perdió la memoria víctima del Alzheimer.

En efecto, Ronald Reagan dio una autentica lección de experiencia política al librar una dura batalla en el congreso de su país y ganar el final del que permitiría cambiar las leyes de migración ante una presencias innegable de 11 millones de extranjeros indocumentados. Finalmente, se logró una reforma a las leyes vigentes aprobándose una amnistía de 3 millones de inmigrantes indocumentados en 1986. Ronald Reagan lo logró.

En el presente, la comunidad latina alcanza los 55 millones de personas en aquel país, 33 millones de ellas de origen mexicano, destacando los michoacanos, los oaxaqueños y zacatecanos. Sin embargo, los halcones han impedido las iniciativas presidenciales tal vez por tratarse de un presidente de origen afroamericano; el odio racista contra su presidente es obvio.

No hay duda, hay de republicanos a republicanos en la viña estadounidense, en la que se ha enseñoreado el odio nazi-fascista.

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