De batallas…: Argel Ríos

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Mis dos centavos

 

Batalla, s. Método de desatar con los dientes un nudo

político que no pudo desatarse con la lengua.

Ambrose Bierce

 

Luego de la noticia de la masacre de migrantes en Tamaulipas, y de las diversas versiones de rechazo y repudio de los hechos, de la desgarrada figura presidencial de Jelipillo Calderas y el propósito firme de unificar a los policías, las malas noticias siguen surgiendo por doquier.

Vivimos en una sociedad que creció con las batallas de Rambo, nos sorprendió Terminator, y las guerras de Pelotón, sufrimos con Papillon, disfrutamos las interminables balas de los hermanos Almada y jugábamos a policías y ladrones con las pistolas de las manos izquierda y derecha, y así crecimos.

Jugamos con la imaginación y disfrutábamos ser del famoso “Norteño”, de Antonio Aguilar y coreábamos “El carro rojo” o “La camioneta gris”, quizá de ahí la fascinación y los recuerdos etílicos que nos llegan cuando al cierre de los antros nos ponen las del Recodo o Tigres del Norte, o incluso llegamos a cantar en algún karaoke.

Hoy, después de ese bagaje cultural populachero que nos arropa, llegamos a un país de Mexicalpam de las Garnachas, con una lluvia de plomos a cada día.

Donde como dice el cliché, la realidad supera la ficción, pues hoy día las noticias de balaceras, levantones, descuartizados, coches bombas, secuestros y ataques con explosiones, lejos quedaron aquellos tiempos cuando nos sorprendían los encajuelados en las noticias televisivas.

Apenas este viernes se difundió un ataque con coche-bomba contra la sede una televisora nacional, y las oficinas de tránsito municipal en Ciudad Victoria, Tamaulipas.

Mientras en nuestro chapulinesco Estado, corrió la noticia de un enfrentamiento a balazos en Zimatlán de Álvarez y de uno más en un parque de los recién remodelados en la capital del Estado.

Espantoso, pero a la vez, preocupante y hasta cierto punto atemorizante, pues las batallas han rebasado el nivel de la política, del diálogo, las mesas, los encuentros, los debates, van desapareciendo, ahora ya todo se negocia, obras por liberación de calles, dinero por liberar a secuestrados y no más muertos, con tal de permitir a las bandas de narcotraficantes operar con tranquilidad en sus distintos puntos del país.

La política dejo de ser una herramienta eficaz — y menos si le obsequiamos ipads– pues la ambición, el deshonor, servilismo e intereses personales, son las características que prevalecen en el imaginario colectivo, cuando tratamos de definir a los políticos.

Hoy todos nos resguardamos, dejamos atrás las figuras de acción a lo Mexicalpam, vivimos en la zozobra, nos preocupamos a diario por las noticias y dejamos a nuestros hijos en un mundo desbocado, que se pierde día con día en la inmensidad de las balaceras, los coches-bomba y los descabezados.

Reprochemos la violencia, difundamos los males, gritemos las injusticias y caminemos hacia un mundo mejor, no tan soñador como Huxley, pero por lo menos un poco más sonriente, un poco más humano.

 

argel_rios@hotmail.com

@argelrios