Cué dice no al “chantaje” de la sección 22 del SNTE

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El gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, aseguró que no cederá al “chantaje” de los maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), quienes le pidieron la renuncia de cuatro funcionarios claves de su administración.

 

El cese es la condición mínima para restablecer la mesa de diálogo quebrantada tras el enfrentamiento que protagonizaron los inconformes con la Policía Federal la semana pasada, durante la visita del presidente Felipe Calderón a la entidad.

“En un gobierno y régimen democrático el diálogo no puede estar sujeto a chantajes de ningún tipo”, afirmó el mandatario, luego de reconocer su disposición por encontrar en el corto plazo un entendimiento con los educadores.

Gabino Cué recordó que es facultad exclusiva del gobernador nombrar y remover a sus funcionarios, por lo que insistió en que no cederá a presiones de ningún tipo.

En ese sentido, aclaró que si a su juicio algún miembro de su gabinete incumple con su obligación, lo removerá, sin necesidad de exigencias unilaterales.

Para el gobernador oaxaqueño, la demanda magisterial se encuentra plenamente encauzada por la vía institucional.

“Veo en los resolutivos alcanzadas tras la asamblea plenaria del magisterio, una intención por continuar con la ruta del dialogo con mi gobierno, “no de afectarme”.

Los funcionarios señalados son la secretaria general de Gobierno Irma Piñeiro; el titular de Seguridad Pública, Marco Tulio López; el director del Instituto de Educación Pública, Bernardo Vázquez, y su secretario particular, Benjamín Robles.

Lo que pasó el martes 15 de febrero es derivado de un hecho lamentable, que no debió haber ocurrido y que aconteció por el calentamiento de los ánimos y porque sigue vigente el fantasma de 2006.

La Procuraduría de Justicia de Oaxaca dio a conocer que citará a comparecer a los profesores involucrados en los disturbios. El procurador Manuel de Jesús López explicó que los implicados tendrán que responder a los daños que cometieron contra el patrimonio histórico de la capital, como por las lesiones cometidas de un bando a otro.

Milenio