¿Cuántas gobernadoras para el 2016?: Mariana Benítez

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MARIANA BENITEZ SALINACRUZ 1En las últimas semanas mucha gente me ha preguntado sobre las posibilidades que hay para que Oaxaca al fin tenga la oportunidad de elegir a su primera Gobernadora. Ya nos lo comentaba José Luis Camacho en su columna del viernes en SDP, que en la antesala en la que nos encontramos del proceso electoral 2016, y ante el momento de cambio social que vive México, hoy podemos vislumbrar con más fuerza que nunca, posibilidades reales en varios Estados de la República, incluida Oaxaca, de que mujeres que han estado trabajando con fuerza y liderazgo puedan ser postuladas en los doce estados de la contienda.

En el caso particular de mi partido el PRI, éste ha mostrado el interés de hacer del principio de paridad de género una realidad. Tan es así que en fechas recientes el Consejo Político Nacional acordó que en las próximas contiendas deberá promoverse la equidad de género en las candidaturas a diputaciones locales y a las Alcaldías.

Este acuerdo responde al legítimo interés ciudadano por tener una clase política verdaderamente representativa y diversa, porque es una realidad que queremos ver más mujeres compitiendo, porque las hay, preparadas, responsables y cercanas a la gente, lo que esperamos que se vea reflejado en Congresos locales más igualitarios, en alcaldías gobernadas por mujeres con una visión mucho más completa y sensible a las demandas de todos, que por cierto es el rubro donde encontramos la menor representación de mujeres. Es indispensable que a su vez los Cabildos se integren de manera más equitativa, y ¿por qué no? ya es hora de que en los próximos procesos electorales de los estados remontemos el vergonzoso récord que mantenemos de 7 Gobernadoras en la historia de México, para que de verdad sea cierto que vivimos en una democracia igualitaria para hombres y mujeres.

La relevancia de la paridad no es sólo un tema de justicia y equidad. Hace unas semanas leía un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo,  que  sostiene que cuando las mujeres ocupamos cargos públicos somos quienes invertimos más en políticas sociales para el desarrollo, también somos quienes entregamos mejores cuentas a nuestros representados y muy importante, somos quienes ejercemos los recursos con mayor responsabilidad.

José Luis Camacho también mencionó en su columna a algunas políticas y funcionarias que actualmente nos encontramos luchando por obtener las candidaturas al gobierno de nuestras entidades, entre las cuales tuvo la deferencia de mencionarme, lo cual agradezco profundamente, porque ciertamente hace mucho que empecé a caminar en esta dirección creyendo firmemente que los tiempos hoy favorecen a las mujeres.

Estoy convencida de que para todos y todas quienes compartimos la gran pasión por el servicio público, servir a nuestro Estado es el anhelo más grande al que se puede aspirar, una labor privilegiada a la que sólo se le puede honrar con trabajo y honestidad. Procurar un futuro de bienestar para los oaxaqueñas y oaxaqueños, una tierra de oportunidades para nuestros jóvenes y un horizonte de esperanza para miles de mujeres, jóvenes y madres de familia, es simplemente una aspiración legítima y una meta que debe alcanzarse con pasión, voluntad y convicción.

Así que aunque las vísperas se intensifiquen, habrá que aguardar los tiempos que marque la Ley para conocer, el que se vislumbra, será un panorama electoral complejo, pero que esperamos que sea diverso y cercano a la ciudadanía, y sobre todo acorde con el sentir social.

En este sentido, el proceso electoral 2016 presenta la enorme oportunidad de atraer un mayor interés y participación de los ciudadanos, confío en que los partidos políticos seamos capaces de aprovecharla.

Apostarle al empoderamiento de las mujeres en la política mexicana, significa también apostarle al desarrollo del país y de sus estados, a un desarrollo más justo e igualitario, más completo y en este sentido no podemos caminar con pasos tímidos. Es tiempo de dejar esquemas del pasado y darle el paso a la tan ansiada cultura política de igualdad entre hombres y mujeres, por el bien de nuestro México y de nuestros Estados.