Crisis en Medio Oriente: Luis Murat

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Se inicia el año 2020 con nubarrones de guerra en Medio Oriente debido al conflicto entre Estados Unidos e Irán, el cual estalló debido a varias causas, entre ellas, la imposición de sanciones unilaterales ordenadas por el Presidente Trump contra Irán, más la decisión de Teherán de ir aumentando gradualmente el programa nuclear, acción que viola el Acuerdo 2015.

A lo anterior adiciona la destrucción de la Embajada de Estados Unidos en Bagdad por militantes iraníes ocurrida la madrugada del pasado martes. Como respuesta inmediata a la agresión contra la sede diplomática estadounidense, el Presidente estadounidense Donald Trump, ordenó un bombardeo directo para eliminar a Qasem Soleimani, poderoso militar, jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, y responsable directo de las actividades fronterizas, quien se encontraba en el Aeropuerto de Bagdad.

Esta acción atizó el fuego entre los dos gobiernos en conflicto que se remonta desde el asalto contra la Embajada de Estados Unidos ocurrido en Teherán en 1979, diferendo que fue creciendo hasta este momento, lo cual deja claro que el enfrentamiento tiende a agudizarse; por lo menos las declaraciones de los gobernantes de los dos países permiten suponerlo: el Presidente Trump, afirmó que “ya era hora de que Soleimani muriera”; por su parte, el ayatollah Alí Jamenei, amenazó a Estados Unidos con una “terrible venganza”, lo que motivó a que durante los festejos del fin de año en Nueva York, se reforzaran al extremo las medidas policiacas de seguridad.

Se desató la confrontación en una zona que, hasta ahora, padece las consecuencias de la guerra del Golfo Pérsico entre Estados Unidos — Irak la cual motivó la caída de Saddam Hussein, condenado a morir en la horca.

Ha pasado el tiempo desde aquel cruento pasaje de la historia del Medio Oriente, el cual históricamente se origina por el control de la riqueza petrolera de la zona del Golfo, punto geopolítico clave para los intereses políticos y económicos de Estados Unidos, Israel, Siria y Líbano, principalmente.

Los efectivos militares así como el armamento de guerra en la zona del Golfo por parte de los dos gobiernos es significativo: Estados Unidos tiene 70 mil efectivos militares desplegados en la zona de conflicto, una flota naval de 18 buques, incluidos un portaaviones Nimitz, 3 destructores lanzadores de misiles teleguiados, un crucero lanza misiles Ticonderoga, y una Fuerza aérea compuesta por 170 aparatos: 4 escuadrones de F/A 18 Hornet, aviones de Guerra electrónica Growler, un Hawkeye, 2 escuadrones de helicópteros Seahawk, misiles Tomahahawk, RIM-66 Standard MR, Harpoon.

Irán ha desplegado un ejercito de 6,798 efectivos militares, 1,513 tanques, 1,122 cañones, 640 transportes de tropas, 4 dones militares, misiles balísticos, antiaéreos y de defensa de corto y largo alcance, 126 patrullas y naves, 31 comandos terrestres, 22 misiles balísticos, 18 misiles de corto alcance, misiles tierra-aire, 514 aviones de combate 334, barcos 23, submarinos 21.*

Como podemos darnos cuenta, la muerte transita en esa zona por todos lados, mar, tierra y aire. Todo huele a muerte, lo cual preocupa al estar en riesgo miles de vidas de civiles en el caso de que se desaten más confrontaciones que pueden conducir a una guerra de terribles consecuencias para la humanidad.

Las armas desplegadas en la zona en conflicto son la característica de los avances bélicos de este principio de siglo y, claro, esto trae consigo consecuencias nefastas para las naciones que padecen las amenazas de enfrentamientos bélicos como en este caso es la zona del Medio Oriente.

De no ponerse de acuerdo las partes que, de una u otra manera intervienen directa o indirectamente en el conflicto Iran—Estados Unidos, calentarán la temperatura de sus diferencias al grado de producir la guerra, por lo que sería significativo que ambos gobiernos dieran muestra al mundo de su avance, no solo bélico como instrumento de disuasión, sino también de un avance civilizado y moral, a fin de lograr salvar al mayor número de vidas civiles que hasta ahora no se reponen del horror, el hambre y la angustia al no poder hacer nada que permita ejercer su derecho a vivir en paz, toda vez que los dirigentes declaran: “Ya era momento de que muriera Soleimani”, y el otro amenazando: “La venganza será terrible”.

*Fuente:AFP con información de IISS military balance 2019, SIPRI, American Security Project, US Navy y USNI News.

@luis_murat