CEM: Es ridículo legalizar drogas

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La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) respalda la lucha contra el crimen organizado que realiza el presidente Felipe Calderón, aunque duele y no gusta la sangre que esto ha costado “pero, ¿cómo se enfrena a una delincuencia armada?”, señaló el presidente de esa organización religiosa, Carlos Aguiar Retes, quien consideró que en este contexto sería ridículo legalizar la mariguana. 

 

En conferencia de prensa en el marco de la 91 Asamblea Plenaria de la CEM en la que participan más de 100 obispos, Aguiar expresó su desacuerdo por la propuesta hecha por líderes latinoamericanos, entre ellos el ex presidente Ernesto Zedillo, de despenalizar el uso de la mariguana.

La lucha contra las drogas, dijo, debe ser un esfuerzo global y no una acción unilateral, sino esa lucha estará perdida, por lo que si una nación permite el consumo de alguna sustancia, gente de otras naciones se iría ahí y el estado no podría enfrentar los problemas de salud derivados de ese fenómeno.

Sobre la estrategia del presidente Felipe Calderón, Aguiar consideró que es encomiable y reconocida en al menos todos los países latinoamericanos, donde lo reconocen como el gran líder en esta batalla, aunque señaló que hace falta clarificar la no permeabilidad del poder del narcotráfico en las estructuras del estado.

Aguiar, quien estuvo acompañado por el secretario general de la CEM, Víctor René Rodríguez y por el obispo de Mazatlán, Mario Espinosa Contreras, citó el caso de Colombia, donde el Estado se libró del poder del narcotráfico, aunque el problema de las drogas persiste en el país. “Si se puede preservara un Estado que tenga la autonomía para garantizarle a la sociedad de mejor manera y garantizar el Estado por el bien de la nación”.

En un mensaje en torno a este flagelo, los obispos, quienes hoy comerán con el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, resaltaron que trabajarán para transformar la crisis actual que experimenta la socidad mexicana que ha quebrantado muchos de los valores y virtudes del pueblo.

“Se ha desarrollado el egoísmo como un estilo de vida, surgen como consecuencia la desintegración familiar, la búsqueda desenfrenada de poder, placer y riqueza, la pérdida del respeto a la vida de las personas, incluso desde antes de su nacimiento, el crecimiento de grupos criminales y la frustración frente a la impunidad”.

Ante esto, Aguiar subrayó que se trabaja para preparar a los sacerdotes ante la crisis referida y en ese contexto en donde ministros han sido víctimas de la violencia, comentó: “El manual que seguimos nosotros: Tirarnos al piso y no oponer resistencia”.

El Universal