Carta a SS Francisco I

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Su Santidad.

Con motivo de su próxima visita a los Estados Unidos, donde yo radico y porque me enteré por las noticias que va a tener reuniones con altos funcionarios del Gobierno Americano, me animo a escribirle y aunque seguramente ya está enterado de la situación de los migrantes mexicanos y centroamericanos que viene a éste país, quiero compartirle algunas ideas al respecto.

 La problemática es obvia, miles de personas deciden emigrar de sus países por que no tienen nada que perder, viven entre la pobreza, la violencia y muy probablemente condenados inexorablemente por generaciones a lo mismo.  Empezando por el Presidente de Estados Unidos y luego los Senadores y los Representantes están cometiendo errores históricos, una y otra vez.   No pueden ponerse de acuerdo, o no quieren.   Están instalados en una retórica racista hipócrita y movidos por cuestiones electoreras le dan la vuelta al problema, sin poner un hasta aquí a esto.

 No hay una sola solución, pero sí un conjunto de acciones donde Estados Unidos, México, Guatemala, Nicaragua, Honduras, El Salvador y otros países se verían beneficiados en el corto plazo.    

Quiero encontrar las palabras para sensibilizarlo aún más del sufrimiento inconmensurable por el que pasan todos los días las miles de personas que cruzan la frontera con Estados Unidos, pasando frío, calor, caminando desnudos entre el lodo, arañándose entre las espinas de arbustos, o hiriéndose en su afán de estar con su familia o de lograr una vida mejor.    O del niño pequeño que le marca por teléfono a su papá preguntándole cuándo va a venir a casa, que por qué no viene, sin entender que políticos en Washington deciden sobre la vida y futuro de millones de personas, sin el menor remordimiento.  Los Estados Unidos firmó la Declaración de los Derechos del Niño donde se consagra el derecho del amor y comprensión de los padres, cosa que es totalmente ignorada por las autoridades migratorias de éste país al separar a niños ciudadanos americanos de sus padres.

 Sí escribo de esto es porque en esta zona se vive el drama migratorio todos los días, se convive con las patrullas fronterizas y los agentes de la “Border” que cazan cómo animales a gente que puede llevar más de veinte días recorriendo México desde sus países en Centro América.

Tristemente el señor Donald Trump, está azuzando ideas xenofóbicas de amplios sectores de la población norteamericana y está liderando las encuestas del Partido Republicano.    Evidentemente, en la historia de este mundo no se tiene registro de que 50 millones de personas emigren a otro país, los Estados Unidos está siendo invadido literalmente por mexicanos y muchísimos otros hispanos.   Podrían tener algo de razón en querer cerrar las fronteras y protegerse, pero puede hacerse con un sentido humano y con profundo respeto a la dignidad y a los derechos de esta gente, que en su gran mayoría son personas valientes y buenas, que se han arriesgado y que vienen a trabajar, y a trabajar muy duro.

¿Qué se puede hacer?  Hay muchísimas ideas que se pueden implementar y si empezamos por las premisas de eliminar el sufrimiento humano, provocar su efecto económico positivo y procurar la unión familiar, podemos crear beneficios para todos.   He aquí algunas ideas:

  1. Detonar fuertemente inversiones en las áreas expulsoras de migrantes, estoy hablando de Zacatecas, Tlaxcala, Veracruz, Oaxaca, Nicaragua, El Salvador.  De común acuerdo con los Gobiernos Federal y Estatales de México y de Centroamérica y las organizaciones empresariales de todos los países se pueden encontrar los caminos para generar millones de empleos en estas zonas y en conjunto con inversiones en seguridad, se puede revertir la tendencia y que estas zonas atraigan gente con las nuevas fuentes de trabajo que ahí se crearían.   Grandes empresas cómo Apple, Google, Facebook, FEMSA y muchas otras podrían tener incentivos fiscales para invertir en éstas áreas.  Un nuevo y gran Plan Marshall Americano.
  2. Siguiendo verificación de antecedentes criminales, toda persona que tiene un hijo(a), esposo(a) se le puede permitir trabajar y vivir en Estados Unidos temporalmente y libremente, ir y venir a su país de origen sin el miedo a ser negada la entrada o a ser deportado. Obviamente se podrían limitar sus derechos a una pensión o a beneficios del Seguridad Social y naturalmente, muchos de ellos regresarían a sus países en su edad de retiro si se construyeran sistemas que lo hicieran más conveniente.
  3. Visas para cualquier tipo de trabajo. Con base a datos duros, se necesitan cientos de miles de visas de trabajo para cocineros y otros empleados de cocina, plomeros, albañiles, campesinos, jardineros, pintores, etc. etc.   Toda ésta gente de una u otra formar llega a Estados Unidos, porque no hay posibilidad de que encuentren una vía legal para venir a trabajar.  Parece que Tomás Moro, tiene razón al afirmar hace 500 años que los señores convierten a los ciudadanos en criminales, para luego castigarlos…  La solución es darles un camino claro y legal  para que vengan a trabajar y al cabo de unos años se regresen a sus países y que puedan visitar a sus hijos y nietos libremente.
  4. Viejos por Jóvenes. La población de los Estados Unidos está envejeciendo, se necesita la migración de gente más joven.  ¿Por qué no crear comunidades para gente mayor norteamericana en San Miguel de Allende, Yucatán, Chiapas, Campeche o en Nicaragua, El Salvador y Costa Rica?   Los servicios médicos son más económicos, y millones de retirados podrían vivir felizmente sus últimos años en climas más cálidos y rodeados de naturaleza.   En los próximos años, los Estados Unidos podría promover el establecimiento de millones de jubilados en ciertas zonas de México y Centroamericana, a cambio de igual número de visas de trabajo para gente joven que vendría a apuntalar el sistema de Seguro Social en éste país con gente que aporte sus contribuciones.
  5. Zonas de Convivencia Libres.  Se podrían crear distintas zonas entre la frontera con México y Estados Unidos, donde los mexicanos o centroamericanos que por alguna razón especial no les fuera permitido venir a Estados Unidos pudieran convivir por uno o varios días con su familia o amigos norteamericanos.  Estas zonas podrían ser amplias, con restaurantes, cines, parques, albercas, etc.  

En fin, estas ideas se pueden implementar con decisión y voluntad de parte del Gobierno Americano.   Usted va a hablar personalmente con John Boehner, precisamente la persona que bloqueó la Reforma Migratoria en 2014;  si desde el cielo se pudiera medir el sufrimiento, seguramente sobre México, Texas, California, Arizona y muchas otras zonas, las nubes se teñirían de rojo, como la sangre de los miles que han muerto en su intento por emigrar y de los cuales, su único delito fue buscar un futuro mejor en éste país.

Por último, aunque me gustaría no dramatizar, lo que se vive en éstos días en ésta zona es una vergüenza y un escándalo internacional, comparable, quizá con el holocausto, la guerra en Siria o los migrantes en Europa y África; agravado por el hecho que Estados Unidos se cree defensor de la democracia, de una sociedad progresista y de los derechos humanos en el mundo, nada más alejado de la realidad.

No pretendo ninguna otra cosa, más que llamar su atención a ésta tragedia.  Si tiene intención de utilizar su gran influencia moral en su próxima visita a Washington para ayudar, le deseo la mayor de las suertes.  Vale la pena el intento.

Reciba un gran abrazo y todo el éxito en la enorme tarea que Dios le ha encomendado.

Por Sergio Arturo Vela

Email: sergioarturovela@gmail.com

twitter: @sergioarturovel