Cannabis al debate: Luis Octavio Murat

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Marijuana (cannabis)

El 2 de enero, de gira por Veracruz, el precandidato, Jose Antonio Meade, lanzó el primer disparo contra el “dinero ilícito” del crimen organizado: “Lo que tenemos que hacer es sencillo: cambiemos la Constitución para que el corrupto y el delincuente que no pueden explicar el origen del dinero ilícito lo regresen”. “En materia de seguridad vamos a llevarle la batalla a los cárteles donde más les duele, contra las armas y contra el efectivo”.

Las declaraciones no lograron el impacto de la carga que contienen; fueron tomadas como una más de las miles y miles que a diario los precandidatos expresan.

A la declaración de Meade siguió, a título personal, la de Enrique de la Madrid: “Para combatir la inseguridad en nuestro país y concretamente en Baja California Sur y Quintana Roo, deberíamos legalizar el uso de la marihuana en las zonas turísticas de nuestro país, pues ayudaría a que estas entidades se conviertan en destinos seguros”.

“Cuando menos en las zonas turísticas deberíamos legalizar el usos de la marihuana…Nos haría un enorme daño perder estos destinos por temas de combate al narcotráfico. Yo creo que el hacer legal no solo el consumo sino la producción y venta de marihuana contribuiría junto con otras acciones a (tener) destinos más seguros”; afirmó De la Madrid en la conferencia “Perspectivas Turísticas para México 2018”.

Citó el libro del ex presidente colombiano, Ernesto Samper: “Drogas: Prohibición o Legalización”; subrayando que el tema de la cannabis es “político y moral” (económico también), que no tiene “nada que ver” con la ciencia.

Obviamente, lo expresado por el funcionario causó inesperado impacto en todos los ámbitos, puesto que el marco discursivo de los precandidatos y funcionarios públicos se ha caracterizado por ser conservador. Incluso, las imágenes que los precandidatos proyectan son de hombres y mujeres de bien, buenos padres de familia, honestos, más todo ese betún con el que decoran su entorno familiar.

De la Madrid, sacudió el entorno puritano y mentiroso con declaraciones a favor de la legalización de la cannabis, como antes lo han hecho y escrito destacados personajes del mundo intelectual, académico, político y científicos nuestro país. Y no solo eso, sino que puso muestra el que como Estado vamos a la zaga de Canadá y Estados Unidos, países que han estado legalizando el uso de la yerba con fines médicos y lúdicos.

California y Colorado son paradigma de que las cosas se pueden hacer bien, afirmó De la Madrid; han hecho toda una industria moderna con la legalización que ha logrado reducir la violencia, la inseguridad, la prostitución, los crímenes y la fuerza de los cárteles de la droga en esas entidades.

En el caso de Canadá, la legalización se ha realizado a todo lo largo y ancho del país, reduciendo significativamente el poder del crimen organizado, así como el gasto para comprar la yerba que alcanzó la cifra de 4,500 millones de dólares en 2017.

Al presente, Aurora Cannabis, es la mayor empresa de cannabis en el mundo, incluso adquirió la empresa competidora CanniMed Therapeutics Inc. por 852 millones de dólares antes de la legalización.

Otro antecedente; las declaraciones que espantaron a los círculos políticos conservadores del país expresadas el 31 de octubre del 2015 por el expresidente Vicente Fox y que ahora cobran relevancia: “Es urgente para México la despenalización del consumo de la marihuana con fines recreativos, porque ayudará a reducir la violencia y mermará el poder económico de los carteles y del crimen organizado. “En Seattle, la mitad de lo que se vende lo consumen los empleados de Microsoft y no andan en la calle matando a nadie ni se vuelven locos, es como tomarse una copita de alcohol o de vino”, afirmó el ex presidente.

Hoy el debate vuelve a tomar fuerza en México, cuando en Canadá y Estados Unidos ya están en pleno negocio, sin el caos social que presagiaron los catastrofístas.

En aquellos Estados las estadísticas arrojan el aumento de los empleos, la apertura de farmacias y lo mejor, la disminución del crimen organizado.

Es por ello y por muchos otros motivos que se imponen los tiempos de reflexionar, en el sentido de que en tanto el gobierno en su conjunto, las cámaras y las Cortes no enfrenten el reto de la actualización de las leyes, de las rancias y puritanas costumbres, de la actitud mentirosa de las autoridades, de la tolerancia directa o indirecta de impunidad de los carteles, de la producción, trasiego y venta de la cannabis; se estará actuando en complicidad con el crimen organizado por continuar tolerando un negocio multimillonario al margen de la ley.

Así sucedió en la época de la prohibición en Estados Unidos de 1920 a 1933 en la que los alcoholes más solicitados eran el whisky y el ron y los capos que controlaban la producción, la venta y el control de las autoridades, eran Al Capone, Charles “Lucky” Luciano, Jack “Legs” Diamond, John Dillinger, Enoch “Nucky” Johnson y Dutch Schultz, entre otros.

Ahora bien, lo ideal seria que el ser humano no recurriera a estímulos como el alcohol, el cigarrillo, los puros, la cannabis, las drogas duras, o a la nueva adicción como el móvil o celular, que ha reducido significativamente la comunicación entre padres e hijos.

Un nuevo debate sobre el tema se impone al surgir realidades que hay que enfrentar.

@luis_murat

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