Baja autonomía financiera de los estados; recaudan el mínimo de siete años

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La autonomía financiera de las entidades federativas llegó a su nivel más bajo en los últimos siete años. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2018 se redujo la relación de ingresos propios a ingresos totales en 0.4 puntos porcentuales.

En su más reciente actualización, el Inegi detalla que este indicador se ubicó en 12.0% para 31 estados, excluyendo a la Ciudad de México.

Por la reducción de los ingresos propios, las administraciones estatales han tenido que recurrir más al endeudamiento y a pedir dinero a la federación. Por un lado, los estados tuvieron que aumentar la contratación de deuda, pues pasó de 7.4 a 7.6% de los ingresos totales en el último año; y, por el otro, recibieron mayores recursos federales, que subieron de 80.2 a 80.4 por ciento.

Manuel Guadarrama, coordinador de Finanzas Públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), explicó que los datos muestran la necesidad de los estados de tener más recursos para cubrir sus gastos, situación que ya se ve reflejada en los reclamos de algunos gobernadores. Por esta razón, afirmó que es necesario una reforma al federalismo fiscal y que los estados cobren más impuestos

LOS INGRESOS PROPIOS PIERDEN PARTICIPACIÓN

La autonomía financiera de las entidades federativas, medida como los ingresos propios respecto a sus ingresos totales, se ha venido reduciendo en los últimos años, razón por la cual han tenido que recurrir más al endeudamiento y a pedir dinero a la Federación.

Según la reciente actualización de las cifras de finanzas estatales del Inegi, los ingresos propios se ubicaron en 12.0% para los 31 estados excluyendo la Ciudad de México en 2018, lo que implicó una reducción de 0.4 puntos porcentuales frente a 2017, y llegó a su nivel más bajo en los últimos siete años.

Esta reducción en los ingresos propios se tuvo que tapar, por un lado, con mayor contratación de deuda, pues ésta pasó de 7.4 a 7.6% de los ingresos totales en el último año; y por el otro, con mayores recursos federales, que subieron de 80.2 a 80.4% del total de ingresos.

En el caso de la deuda, resalta que los estados duplicaron su nivel de contratación entre 2016 y 2017, pues pasó de 3.0 a 7.4% de sus ingresos totales.

Cabe recordar que la Ciudad de México tiene ingresos propios que representan 46% del total, explicado principalmente por su potestad de cobrar el impuesto predial, facultad que es municipal en las demás entidades.

Manuel Guadarrama, coordinador de Finanzas Públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), explicó a Excélsior que los datos muestran la necesidad de los estados de tener más recursos para cubrir sus gastos, situación que ya se ve reflejada en los reclamos de algunos gobernadores de proponer modificar el federalismo fiscal, e incluso de alcaldes de cobrar impuestos a los tacos y elotes.

Explicó, sin embargo, que la escasez de recursos propios en estados es derivada también de su pereza fiscal.

Más allá de que el pacto fiscal le deja a la Federación los impuestos más importantes por eficiencia y evitar duplicidades, observamos que los estados no aprovechan plenamente sus facultades tributarias. De 18 impuestos facultados a ejercer, sólo cobran en promedio la mitad”.

 

NUEVO PACTO

Dijo que el problema del federalismo fiscal reside en la falta de incentivos a resultados, pues las transferencias se ejercen en función de la población y la pobreza, y no de que los estados den resultados del dinero que reciben.

La lógica de nuestro sistema es redistributivo. Si bien este fin no se debe abandonar, es necesario introducir esquemas de resultados, en el cual se premie a los estados que demuestren cumplir metas”, dijo Guadarrama.

Consultado sobre la disparidad en capacidades institucionales entre los estados, en el cual los más ricos tenderán a estar en mejor posición que los más pobres para alcanzar metas, y por tanto tenderán a recibir más recursos, Guadarrama comentó que se pueden buscar esquemas “como en Estados Unidos, vimos que existe el esquema en el que dos estados se pueden asociar para proponer proyectos y alcanzar metas conjuntas. Además, se puede buscar que parte de los recursos sean precisamente para mejorar las capacidades institucionales de las entidades, de la mano de la Federación”.

Excelsior