Al vicario de la Catedral Metropolitana se le olvido que “sólo Dios puede perdonar”, de acuerdo a los principios de la iglesia católica, pero eso a él no le importo.
“Soy inocente de las acusaciones que me han impuesto, pero los perdono por todo el daño que me han hecho”, repetía una y otra vez el párroco quien de acuerdo a sus acusadores ha tenido fama de alcohólico.
Pasado el medio día de este martes, el presbítero, tomó el micrófono y comentó que desde el primer momento en que tuvo conocimiento de las acusaciones que hicieron en su contra por hechos cuestionables, acudió a la autoridad encargada de procuración de justicia para dar su versión.
“Sinceramente ya los ha perdonado, en mi corazón no existe ni oído ni rencor, la vida se encargara de poner a cada uno en su lugar”, exponía el sacerdote desde la Casa Pastoral Diocesana.
Pero de pronto se escuchan los gritos de uno grupo de jóvenes encabezados por Lenin Moisés López Jiménez, presunta víctima del párroco.
¡Padre violador, Padre violador!, se escuchaba en el recinto mientras los ánimos comenzaron a calentarse
“Di la verdad, di la verdad, mírame a los ojos, mírame. Porque lo yo vi por eso lo digo, mírame mírame, tú lo violaste, tú lo violaste, cuánto pagaste para salir, cuanto”, se escucha.
Ante ello, el párroco prácticamente huyó del lugar.
Carina García/Libertad-Oaxaca.info
