Asesino, gritaron a Cué en su última celebración de fiestas patrias como gobernador

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20160915_230323Rápidamente revisó el celular. Se acomodó el saco y las fuerzas. El lábaro patrio le fue entregado y sin más preámbulos Gabino Cué Monteagudo salió al balcón principal de Palacio de Gobierno para enfrentar a sus detractores. El grito fue generalizado: ¡Asesino, asesino!

El glamour y la repartición de abrazos y besos en el recinto, era el escenario de ‘arriba’. Los más arriesgados llegaron para  reiterar su respaldo a quien hace seis años prometió paz y progreso. Ataviados de sus mejores trajes, los funcionarios y empresarios así como invitadas de honor felicitaron al gobernador, por lograr imponerse ante el ‘ataque’ de los maestros.

‘Abajo’, el panorama era distinto. El hartazgo se apoderó del colectivo social. Los pocos que llegaron a esta ceremonia, lo hicieron por morbo o para reprochar a Cué su pésimo trabajo al frente de la gubernatura.

Como proyectiles salieron disparados piedras y orines en contra de elementos de la banda de guerra del Ejército Mexicano y de la joven quien fungió como la América y quien entonó el himno nacional al final de la celebración.

zocalo2El Zócalo de la Ciudad, lanzaba apenas unos destellos de luz. Calles abajo las huellas de la batalla campal entre policías y maestros eran evidentes. Pero aun así Cué Monteagudo se ‘impuso’ y dio su último grito en el balcón principal, grito que quizá jamás olvidará.

En los ventanales, apareció la figura de un hombre alto y delgado en medio de unos cuantos invitados que apenas se asomaban por temor a ser atacados. Afuera también estaban los trabajadores de salud de la Sección 9 del Sindicato Nacional Independiente, quienes se desangraron por la mañana.

‘Viva la educación de calidad para los niños y niñas de Oaxaca’, lanzaba Cué como un claro reto a sus exiliados de la Sección 22 y siguió ‘No más actitudes que lastimen a Oaxaca’, remataba.

zocalo1Y abajo: ¡Asesino, asesino!, entonaban los manifestantes quienes también coreaban: ‘Esta noche no es de fiesta, es de lucha y de protesta’. Las cortinas de los negocios bajaron, Oaxaca estaba triste y sin ánimos como desde hace tres meses.

Carina García/Libertad-Oaxaca.info