Ahorita: Horacio Corro Espinosa

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10-horacio-corroTodos usamos una y mil muletillas sin darnos cuenta de ello. Aparte del “no” y del “sí”, que según dicen, son las palabras más usadas en cualquier idioma.

Aparte de estas dos palabras hay que incluir el “ahorita”. El ahorita la usamos todos los mexicanos a pesar de que no quiere decir absolutamente nada. Esta palabra es mágica nos saca de cualquier apuro.

Si realizamos un estudio para saber quiénes son las personas que más usan el ahorita, tal vez encontremos en los primeros lugares a los mecánicos, a los fontaneros, a los electricistas, a los carpinteros y demás técnicos que tienen que ver con nuestros bienes.

Seguramente muchos ya relacionaron esta palabra con algún técnico que ustedes conocen. Lo curioso de este asunto, es que la mayoría de ellos parece que están cortados con la misma tijera y no importa su oficio.

En boca de ellos el ahorita parece que siempre está en sus bocas. Cuando uno va a reclamar su trabajo, éstos, siempre acompañan su pretexto con el ahorita. Manejan cualquier historia con tanta habilidad y certeza, que después de oír su conmovedor discurso, uno se va a la casa convencidísimo de que ahora sí, el maestro, me cumple.

El ahorita significa resolver el momento sin medir las consecuencias. El plomero nos dice que ahorita llega para reparar el daño. Pasa un día, pasan dos y el plomero no llega. Cuando le hablamos por teléfono para decirle que lo estamos esperando, nos responde que “ahoritita llego”. Con eso entendemos que no se preocupe, cuando yo llegué a su casa de dos patadas arregló el desperfecto.

Hace días fui a ver a una persona para reclamarle mi trabajo porque ya se había tardado más de dos meses de la fecha prometida. La verdad, este maestro me salió más abusado que cualquier otro porque me dijo: el trabajo que me encargaste yo te lo quería entregar para estas fechas pero me obligaste a mentirte, me forzaste a que yo te dijera que te lo entregaba en 15 días.

Tal vez en los animales la palabra ahorita no existe, porque la ardilla, por ejemplo, sale a recolectar para comer ahorita.

Lo contrario al ahorita es la previsión, la planeación, la programación, los proyectos. El ahorita no nos permite comenzar a hacer. Con el ahorita no tenemos la garantía de comenzar un trabajo.

Y cuáles son los pretextos que van acompañados del ahorita, ¿se acuerdan ustedes de algunos?: Ahorita no hay dinero. Es que ahorita no he tenido tiempo. Es que ahorita la situación es muy mala. Es que ahorita no hay ventas.

Si ahorita no podemos pensar más que en términos de ahorita, lo mejor es que ahorita hagamos algo para comenzar a cambiar.

Twitter:@horaciocorro

Facebook: Horacio Corro

horaciocorro@yahoo.com.mx