Agua privatizada, otra gran mentira lopezobradorista: Alfredo Martínez de Aguilar

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Por no saber informar, el PRI-gobierno sigue siendo víctima de las infames mentiras de Manuel Andrés López Obrador (MALO) y del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

En redes sociales se ha hecho viral que el gobierno autorizó privatizar el agua durante el partido México vs Alemania, lo que es totalmente falso. Otra de las grandes mentiras de los pejistas.

Siguiendo la estrategia del Secretario de Propaganda nazi, Joseph Goebbels, que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad” calumnian para sembrar públicamente la duda.

Se trata de una “fake news” -noticia falsa- que una vez más engañó a miles de usuarios de internet a partir que existen unos decretos sobre reservas de aguas que se aprobaron este mes de junio.

Hoy por hoy todavía es ideológica la guerra a muerte impulsada por MALO y Morena para tomar por asalto el poder en México. Dicha guerra se libra diariamente en la arena de las redes sociales.

Con esta permanente campaña de denostación y desprestigio presidencial, se ha generado la percepción que Enrique Peña Nieto es el peor gobernante de México, aprovechando sus errores.

Asimismo, se ha creado la falsa percepción que el triunfo del candidato presidencial vitalicio de la izquierda radical es inevitable, lo cual rotundamente no es cierto, como lo probarán las elecciones.

Con genial perversidad Epigmenio Ibarra Almada siguió el modelo mediático agresivo de Steve Bannon, estratega de Donald Trump, para imponer a éste en la presidencia de Estados Unidos.

Al publicista y periodista estadounidense jefe de la Casa Blanca y consejero de Donald Trump hasta el 18 de agosto 2017, cuando fue despedido, le llevó 30 años hacer presidente a Trump.

Epigmenio está obsesivamente convencido que la tercera es la vencida con López Obrador. Antes, con sus telenovelas y series, creó y sigue creando el ambiente propicio para intentar lograrlo.

En una entrevista al sitio de Internet Canal100.com.mx en diciembre del 2000 afirmó que a través de fondos de inversión, Carlos Slim era accionista de Argos; un socialista al servicio del capitalismo.

Epigmenio Ibarra Almada es, pues, un socialista que para vender y acrecentar su bolsillo recurre a las prácticas capitalistas de control televisivo que tienen sumidas en la ignorancia al pueblo.

De muy mala leche ha construido en los medios de comunicación un discurso muy bien articulado contra la corrupción del presidente Enrique Peña Nieto, sus amigos y colaboradores más cercanos.

Sus telenovelas y series tienen como trama principal la escandalosa corrupción del PRI-gobierno. Vincula a los presidentes de la República con los principales capos del narcotráfico en México.

Existe la fundada presunción que fue Epigmenio Ibarra, quien vendió a Manuel Andrés López Obrador la brillante idea de decretar la Amnistía a los capos de los cárteles del narcotráfico.

No hay que olvidar que Epigmenio conoció ampliamente en Centro y Sudamérica, en los que por muchos años fue corresponsal de guerra, los intríngulis del narcotráfico y la guerrilla.

Su relación con la narcoguerrilla permitió liberar a boinas verdes del Ejército de Estados Unidos, secuestrados por el FMLN en el Hotel Sheraton en San Salvador, a petición de la guerrilla.

Epigmenio fue responsable del nacimiento del ahora fallecido movimiento 132, copiado por él de un ejemplo sucedido en Sudamérica. Epigmenio lo niega, pero ese movimiento fue su obra.

Epigmenio Ibarra es un genio del mal, sumamente peligroso al igual que Manuel Andrés López Obrador MALO, el 10 de agosto de 2007 escribió en Milenio Diario lo siguiente:

“La guerra es jodida siempre. Huele a sudor, a sangre, a pólvora, a mierda. Alzarse en armas es, sin embargo, una última, digna e inevitable opción que no puede menos que tomarse cuando toda esperanza se ha perdido. Hacerlo implica, claro, la decisión de matar y morir, no podría ser de otra manera. Alzarse en armas es violentar los tiempos de la historia, hacerla parir con prisa. Es intentar el resquebrajamiento de un sistema que matando se resiste a morir y que no sabe ceder ni un ápice y ante el cual todos los esfuerzos pacíficos de transformación resultan inútiles. Alzarse en armas, más que una decisión iluminada por la ideología, puede ser resultado de un instinto primordial de justicia, de un impulso moral, de una genuina y profunda desesperación ante un estado de cosas que por la falta de libertades y sus efectos devastadores sobre los sectores más empobrecidos de la sociedad resulta intolerable”.

En dos semanas más, el próximo domingo 1 de julio, después de las 12 horas, cuando empiece a  marcar tendencia la derrota de Manuel Andrés López Obrador, es posible que Epigmenio convoque a levantarse en armas, incitando a los lopezobradoristas a un “estallido social”.

Pocas horas después que concluyera el partido entre la Selección Mexicana de Futbol ante su similar de Alemania, en el Mundial de Rusia 2018, en redes sociales empezó a circular la versión que el gobierno federal había privatizado el agua, mientras el país celebraba el triunfo del equipo tricolor.

Es cierto que el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, firmó 10 decretos con los que se establecen reservas de agua en igual número de cuencas del país, pero esto no ocurrió el domingo pasado mientras veíamos el partido, sino el 5 de junio en conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente.

Esos decretos, que fueron publicados al día siguiente en el Diario Oficial de la Federación, no privatizan el agua ni le otorgan a empresas ningún acuífero, por el contrario, la medida es para evitar la sobreexplotación de las cuencas acuíferas del país.

De hecho, la organización internacional World Wildlife Fund (WWF, Fondo Mundial para la Naturaleza) consideró que se trata de una “decisión histórica” con la que el gobierno federal protege la mitad del agua superficial del territorio mexicano.

Los 10 decretos que signó el mandatario federal tienen como base lo dispuesto en el artículo 27 de la Constitución. En este numeral se establece que la nación es la propietaria de las aguas nacionales, por lo que el Estado debe dictar “las medidas necesarias para ordenar los asentamientos humanos, y establecer adecuadas provisiones, usos, reservas y destinos de tierras, aguas y bosques”.

Justo esto último es lo que hacen los decretos: Establecen reservas de agua en diversas cuencas del país, para con ello garantizar la disponibilidad de este recurso. Una reserva, explica el colectivo WWF, es un volumen de agua que se destina de manera exclusiva para la protección de la naturaleza y el consumo humano.

Así es que lejos de privatizar el agua, lo que está haciendo el gobierno federal es sentar las bases jurídicas para evitar que los recursos hídricos del país sean explotados indiscriminadamente. ¿Explotados por quién? Por nosotros mismos, los mexicanos que hacemos uso del agua a través de los distintos sistemas gubernamentales encargados de distribuir el líquido.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en México hay 757 cuencas hidrológicas. Una cuenca es un territorio a través del que fluyen ríos o lagos.

Los 10 decretos publicados en el Diario Oficial el pasado 6 de junio expresan la forma en la que deben preservarse 295 de estas cuencas. Dicha protección se lleva a cabo mediante el establecimiento de reservas y la declaración de “utilidad pública” de esos recursos hídricos.

La razón por la que el gobierno federal está creando estas reservas acuíferas es porque muchas de estas son deficitarias, es decir, su explotación ha ocasionado que el nivel de agua de esos afluentes disminuya, lo cual no solo afecta a las poblaciones que hacen uso de esos recursos, sino también a la flora y fauna de esos territorios.

Las reservas mencionadas, que según los decretos tendrán esa calidad durante los próximos 50 años, se encuentran en las cuencas Grijalva-Usumacinta; Papaloapan; Pánuco; Costa Chica de Guerrero y Costa Grande; San Fernando Soto la Marina; Santiago; Actopan-Antigua; Costa de Jalisco, y Ameca.

Esas cuencas tienen ríos que pasan por los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Oaxaca, Puebla, Veracruz, Estado de México, Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Tamaulipas, Nuevo León, Guerrero, Aguascalientes, Durango, Jalisco, Nayarit, Zacatecas y Colima.

A la luz de esta amplia explicación, no podemos menos que concluir que el bulo noticioso de los decretos sobre reservas de aguas no fue, en realidad, un “madruguete”, durante el partido México-Alemania.

 

alfredo_daguilar@hotmail.com

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@efektoaguila