Agrede la 22 a Mario Jiménez Leyva: Horacio Corro Espinosa

Print Friendly, PDF & Email

marioEs frecuente que los maestros de la 22 vean a los oaxaqueños, ―a los que no comulgan con su vandalismo― como a sus enemigos. De igual manera miran a los trabajadores de los medios de comunicación. Estos, al tratar de registrar la historia diaria de Oaxaca, los de la 22, quienes se sienten dueños únicos de la entidad, creen tener el derecho de castigar, romper, humillar y deshumanizar a quienes se les antoje porque se creen la autoridad.

El jueves se repitió una agresión más de los violentos integrantes de la sección 22. Ahora contra el compañero comunicador Mario Jiménez Leyva.

Cuando estos tipos llegaron a la Plaza de la danza ―la mayoría con el rostro cubierto con pasamontañas y paliacates―, iban con un objetivo: destruir. Es lo único que saben hacer, destruir. Mario Jiménez comenzó a registrar los hechos como lo debe hacer un comprometido reportero, pero estos cobardes se le fueron encima para castigarlo a golpes por su osadía.

Actúan así porque se sienten con el derecho de hacerlo. Creen que esa debe ser su manera de gobernar.

Esa bola de delincuentes que se cobijaba, no bajo las siglas de la 22, sino en el número de integrantes de esa organización, aprovecharon la presencia de los reporteros para forjar los que les gusta hacer: pintar, agredir, golpear, robar y todo lo malo que se les ocurra.

Por fortuna hay registros de la agresión en el instante mismo de los golpes por otros compañeros fotoreporteros. El principal agresor a quien es premio Nacional de periodismo 2008, fue un tipejo que se llama Jesús Lazo Paz, a quien le dicen “Chucho Mariachi”. Hay un montón de fotos de él en las redes sociales. Ojalá que con estos datos las autoridades correspondientes se aboquen a detenerlo, aunque lo dudo, pues a cada acción bandolera que estos sujetos cometen, son tratados como héroes dentro de su grupo magisteril.

Ante esto, ¿qué es lo que va a hacer el gobierno del estado? Nada, absolutamente nada. Sabemos que las autoridades están al servicio de los delincuentes; entonces, para qué hablar de esperanzas. No tiene caso. Vivimos en una entidad sin ley. Para las autoridades es mejor que nosotros recibamos los insultos, los golpes, por eso siempre nos han dejado aislados y sin acceso a la protección que debería ofrecer la ley.

Pero ni modo, en cada agresión a los medios, nuestras autoridades exhiben su ineficacia, su incompetencia y su inutilidad en la defensa de periodistas, y ni hablar de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHO), ésta sólo sirve a los delincuentes que gritan como gallinas indefensas que se les violan sus derechos para agredir.

Al final del cuento, la prensa ha quedo como el sector más vulnerable. Y como no pasa nada en favor de los trabajadores de los medios, parece que hay una complicidad entre el magisterio y el gobierno.

Vivimos los periodistas en el punto donde estamos atrapados. Nosotros no tenemos el derecho de gritar como lo hacen los maestros, aunque nos sintamos ofendidos, lastimados, defraudados, engañados y tratados de modo indigno.

Son muy pocos los medios en Oaxaca que han respaldado a sus trabajadores por las agresiones que han sufrido a manos de estos sujetos. Por fortuna, el periódico Noticias, donde colabora Mario desde hace varios años, lo amparó con varios espacios en el periódico del viernes 22 de julio. Estaría bien que ese apoyo también fuera para vetar de sus páginas a este grupo delictivo.

Ojalá también, que todos los medios de comunicación de Oaxaca se solidarizaran con sus trabajadores quienes en varias ocasiones han decidido ignorar todos los eventos de la 22, pero los patrones, a quienes les vale, los han obligado a cubrir toda tontería que realizan en contra de la ciudadanía y de Oaxaca.

A veces a los patrones de los medios les interesa más la lana que pueden recibir de este grupo subversivo, que respetar la decisión de sus reporteros.

Creo que ningún auténtico periodista agredido debe estar solo, así que mi solidaridad con el compañero Mario Jiménez Leyva.

Facebook: Horacio Corro

Twitter: @horaciocorro

horaciocorro@yahoo.com.mx