A México le falta justicia ambiental: Greenpeace

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13:22 Nuestro país celebra el Día Mundial del Medio Ambiente acuciado por “la falta de justicia ambiental” y sin proponer, a seis meses de acoger la próxima Conferencia Mundial sobre el Cambio Climático, soluciones para las secuelas de este fenómeno que padece en carne propia, denunció Greenpeace.

Efectos como el deshielo de los glaciares de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl y la deforestación masiva exigen que “la preocupación” que tiñe los discursos del presidente Felipe Calderón se refleje “en hechos”, indicó la responsable de comunicación de Greenpeace México, Cecilia Navarro.

Hechos que disten de la promesa, incumplida según Greenpeace, que México hizo hace dieciocho años en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro: quien contaminase en su territorio, tendría que pagar.

Para Navarro, existen muchos ejemplos de la necesidad de una ley de responsabilidad ambiental, aunque citó como paradigmático el de la minera San Xavier, una filial de la canadiense New Gold que continúa sus operaciones en San Luis Potosí pese a las advertencias de organizaciones ecologistas y de la propia justicia mexicana.

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) exigió en 2009 un plan de cierre definitivo a San Xavier.

Aferrada a un recurso de amparo que fue sobreseído en abril, la empresa prosigue sus actividades de procesamiento de minerales a cielo abierto, que contaminan el cerro de San Pedro y sus escasas aguas.

Mientras, en Cancún avanzan los preparativos para la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP16) que allí tendrá lugar en diciembre.

Navarro advirtió de que “vigila” a la Presidencia de su país, que se ha convertido “en un líder mundial en el diagnóstico” de las consecuencias que el círculo vicioso del calentamiento global inflige en su territorio, pero sigue “sin tener soluciones”.

Sólo cuatro de los 32 estados de la República cuentan con planes de acción contra el cambio climático: el Distrito Federal, Sonora, Baja California y Veracruz.

Además, México, dijo Navarro, ocupa ya el quinto lugar del mundo en deforestación.

Otro caso es el de las migraciones ambientales, como las que se han registrado en el estado de Tabasco por culpa del avance del mar sobre determinadas comunidades.

Navarro cifró en 70 millones de personas (de los 107 millones de mexicanos) vulnerables al cambio climático y que necesitan con urgencia “protección y recursos”.

A Greenpeace también le preocupan los dos litorales, Caribe y Pacífico de México, a los que amenazan los vertidos tóxicos, evidenciados por la presencia de metales pesados en mariscos y crustáceos, la actividad petrolera y las agresivas técnicas de pesca que han llevado a casi todas las pesquerías del país a la sobreexplotación.

El derrame de British Petroleum en el Golfo de México, que afecta de momento a las costas de Louisiana, no debe eclipsar, para Navarro, a la “desastrosa gestión de Pemex” (la petrolera estatal de México), “tan desastrosa como la de las privadas de otros países”.

Navarro recordó, asimismo, la siembra -hasta ahora confinada y experimental- de maíz transgénico en México, considerado uno de los puntos de origen de este cereal.

La riqueza biológica del maíz mexicano y su influencia determinante en la vida de tantas comunidades peligra por culpa de un Gobierno “subordinado a las corporaciones”, proclamó Navarro.

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